lunes, 18 de julio de 2016

EL SHOW DE SAMSA. UN ESCLAVO LLAMADO ARRABAL



Hace unos meses que vengo disfrutando de la lectura intermitente de un libro de Fernando Arrabal, en el que se han incluido una obra de teatro, Pingüinas y una suerte de biografía: Un esclavo llamado Cervantes. Ambas obras, muy oportunamente rescatadas por Libros del Innombrable, están dedicadas a la figura de Miguel de Cervantes.
Fernando Arrabal, 2012.JPGLa obra de teatro es una comedia dislocada en la que unas motoristas conversan sobre asuntos volátiles en una atmósfera onírica y disparatada. Con Cervantes como astro tutelar, las pingüinas departen desde un futuro improbable y pretendidamente kitsch, con un aire descarado, sobre la televisión, Lady Gaga, Mike Tyson, Edgar Allan Poe, Dios o Barrio Sésamo. Asimismo, el lenguaje está adaptado al ritmo frenético de la calle, vulgar  y socarrón pero con esa inteligencia sutil e inusitada que adorna la mente pánica de su autor. Los anacronismos y la libertad consignan una puesta en escena impactante.
El otro texto, para mí el plato fuerte del volumen, es un ensayo biográfico en el que el autor dialoga con la cultura y nos ofrece una iconoclasta visión de la vida y época de Cervantes. Un Cervantes de probable origen judío, al que desmenuza con la mirada de un entomólogo.
Pero Arrabal no se estanca en la mera nota biográfica cervantina o en la acumulación de datos históricos, más o menos tangenciales. Además habla de sí mismo y de la elaboración de sus obras (la cervantina y la arrabaliana), de Breton, Dalí o de un infierno llamado Nueva York. Su lenguaje alambicado y propenso al hipérbaton no es un obstáculo para que la fluidez y la ironía incandescente de Arrabal consigan hacer de este peculiar texto una delicia, una pequeña obra de arte de gran valor literario que nos acerca a un Cervantes atemporal.

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