viernes, 22 de julio de 2016

EL SHOW DE SAMSA. 10:04. LA HORA (IN)EXACTA DE LA LECTURA


He terminado de leer 10:04 de Ben Lerner, un libro semiautobiográfico en el que su narrador, un tal Ben, nos cuenta el propio proceso de escritura de una novela, incluyendo algunos incidentes que le van sucediendo.
En sus páginas encontramos reflexiones y alguna observación interesante. Acude a ver una película experimental titulada The clock (El reloj) de Christian Marclay. Un film que dura 24 horas, compuesto por cientos de fragmentos de otras películas en las que se muestran relojes dando la hora. La hora exacta en la que se encuentra el film. Este exhaustivo juego convierte el visionado de la película en una metanarración, conjugando el tiempo real del espectador con los tiempos ficticios de los relojes que aparecen en el largometraje. (Larguísimo, de hecho.)
Durante este pasaje de 10:04 reflexionaba acerca de este juego de tiempos que se ejecuta cuando leemos un libro. Hay un tiempo interno, ficticio, y está el tiempo externo y real, el que transcurre mientras leemos. Difícilmente se pueden acompasar. Una lectura puede alargarse unas horas, diseminadas en distintos días, mientras que el libro puede encerrar años o aproximadamente una jornada, como es el caso del Ulises de Joyce. ¿Se podría escribir un libro cuyo tiempo ficcional se acoplase al del lector, haciendo coincidir ambos ámbitos cronológicos? Creo que en literatura todavía no se ha logrado, ni siquiera intentado. ¿Cómo calcular el tiempo que cada lector dedica a una página?

Por cierto, el título -10:04- hace referencia a la hora que marca el reloj de la torre de los juzgados de Hill Valley en la película Regreso al futuro. Y es que leer también es un viaje secreto en el tiempo, a través de un tiempo ficticio que puede extenderse durante  días, noches, siglos, milenios.

PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA OPINIÓN DE MURCIA EL 22 DE JULIO DE 2016

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