GUERRA Y GUERRA
LÁSZLÓ KRASZNAHORKAI
EDITORIAL ACANTILADO, 2009
Toda lectura constituye un acto
propio de recreación literaria, de vuelta a construir el texto. El libro deja
de ser una ilusión objetual para formar parte de la experiencia mental del
lector. Hay libros que pasan más o menos desapercibidos, pero hay otros que se
adueñan de uno de un modo obsesivo y delirante. La vivencia lectora (o
literaria, estética, psicológica) deja de ser un mero juego intelectual para
convertirse en una dialéctica de significados, voces y diálogos interiores de
gran intensidad.
El autor. Foto de Lenke Szilágyi. |
Esto le
sucederá al lector de Guerra y guerra,
una novela del húngaro László Krasznahorkai, que fue publicada en España en
2009, diez años después de que viera la luz en su lengua y país originales.
En tercera
persona se nos cuenta la historia de un húngaro algo extraño que parece tener
una visión distorsionada de la realidad, que trabajaba en un archivo en una
ciudad cerca de Budapest. Korin, el protagonista, encuentra un raro documento,
un texto que le obsesiona, que le induce a vender todas sus pertenencias, quemar las naves y partir destino al
centro del mundo (Nueva York) con un solo propósito: publicar el manuscrito en la Red, (el lugar inmortal),
y poner punto final a su vida.
A lo largo de
la novela, se alternarán los acontecimientos y peripecias de este singular
personaje, extraviado y desnortado, con pasajes del manuscrito que le obsesiona.
Un texto extraño en el que cuatro personajes muy peculiares viajan por países y
épocas en una más que indescifrable misión.
Krasznahorkai
reparte los capítulos en largos párrafos, sin puntos, en monólogo insistente y
sólido, una narración de lectura apasionada e intensa, a veces dura, pero que
consigue un ritmo ágil y una cadencia hipnótica. Algo a mitad de camino entre Thomas
Bernhard y Javier Marías, pero con un espíritu kafkiano y desolador, delirante
y oscuro.
Los grandes
escritores nos hacen empatizar con sus criaturas. Sin duda, en este libro, casi
una sola frase que viaja por el tiempo y por la demencia, acompañamos a Korin a
través de su itinerario de locura y por momentos llegamos a justificar sus
injustificables acciones, sus delirantes pensamientos, su absurda, suicida y
estrafalaria misión. La obsesión cuanto más descabellada e inopinada es, más
sentido parece cobrar en la mente del maniático que la sufre. Y quizá, la
literatura, vista como obsesión funciona de un modo análogo: cuanto más
descabellado y extraño nos parece un libro más sentido le encontramos. Esto le
ocurre a Korin, esto ocurrirá al lector de Guerra
y guerra.
Este es un
libro intenso, abigarrado y arrebatador. Un viaje por los submundo de su
personaje y un descenso a los abisales páramos del alma humana. Korin es un ser
lúgubre y fantasmal pero con rasgos humanos, un espíritu que aún camina entre
los vivos pero que ha decidido que su vida ya no tiene sentido. ¿Está loco o ha
descubierto una verdad? Es posible que la diferencia no exista. Porque todo
loco halla su verdad. Y la literatura es esa locura que nos hace sentir que
nuestras verdades y nuestras demencias tienen sentido.
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