CLASES DE BAILE PARA MAYORES
BOHUMIL HRABAL
NÓRDICA, 2014 (publicado inicialmente en 1964)
Bohumil Hrabal (1914-1997) es,
junto a Kafka y Milan Kundera, una de las voces más importantes de la
literatura checa.
Con obras tan
celebradas –algunas llevadas al cine- como ‘Trenes
rigurosamente vigilados’, ‘Una soledad demasiado ruidosa’ o ‘Yo, que serví al rey de Inglaterra’,
esta nueva edición de ‘Clases de baile
para mayores’ rescata una de sus obras menos conocidas. Su aparente liviandad
no es ápice para apreciar la pericia de un todavía joven pero ya gran escritor.
Hrabal se
mimetiza en la voz de un señor entrado en años que, parapetado por la
experiencia y muchas vivencias a la espalda, conversa alegremente con una
señorita, o sea, con el lector, diseccionando su vida, salpicando anécdotas y,
en definitiva, hablando-escribiendo con un torrente sutil, imaginativo y fresco
acerca de las fatigas de toda un vida.
En su discurso,
construido con naturalidad, hay lugar para rememorar la juventud, los
personajes que desfilaron por ese mundo cambiante que aún mantiene fresco el
recuerdo del Imperio Austrohúngaro. Un espacio y un tiempo evocados algo grises
pero que cobran cierta luminosidad al ser traducidos a imágenes sentimentales y
personales y palabras.
No se puede
tampoco dejar de apreciar esa mirada irónica que Hrabal salpica a lo largo de
toda su obra. Si bien en este libro no hay la profundidad ni el calado filosófico
que impregna algunas de sus obras más pesimistas –por ejemplo ‘Trenes rigurosamente vigilados’ -, qué duda cabe que también encontrará el lector la
inteligencia privilegiada que transforma el monólogo de un hombre en la palabra
pulida por el tiempo y la vida.
Anécdotas que sintetizan un mundo que
ya ha dejado de existir, la añoranza, familiares y conocidos que podrían ser el
trasunto de toda la humanidad; sueños, esperanzas, la etapa en el ejército, mucha
ternura, miedos, cuentos atroces y borracheras…
En definitiva, esta vida de un hombre
cualquiera, contada a media voz, llegará al lector y le hará sentir que estas
historias estaban destinadas a ser escuchadas por él.
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