A lo largo de este curso han ocurrido muchas cosas
relevantes en el mundo cultural murciano, algunas dignas de recordar, otras no
tanto, de hecho ya las he olvidado. Pero muchas, como digo, positivas y que ya
forman parte de nuestros recuerdos, de nuestra historia. Algunos amigos
escritores murcianicos han publicado libros en Murcia: Vega Cerezo, José Óscar
López, Hermosilla, Morano,Paco Illán,
Rubén Castillo, Illán Vivas, Alberto Caride, Juan de Dios García y un largo
etcétera que no cabe en este apresurado artículo. Yo mismo publiqué un librito,
lo que me ha permitido conocer a mucha
gente interesante en los actos de presentación y promoción, que a la postre,
vienen a ser, fiestas literarias, encuentros con entrañables amigos.
Cuando acaba un período parece que una urgente necesidad de hacer balance nos acecha. Recapitular, catalogar los recuerdos e inventariarlos, para así poder pasar página, comenzar el siguiente episodio de nuestras vidas. Y por supuesto, a mitad de verano, qué duda cabe de que merece la pena rememorar una de las temporadas más fecundas y variadas de la cultura murciana.
Es un placer poder
ver cómo proliferan los libros y la cultura en esta Murcia. Otros grandes
escritores extranjeros de reconocida fama se han acercado por nuestra huerta a
presentar sus trabajos, el excéntrico Michel Houellebecq, el afable Sergio Chejfec o Edmundo Paz Soldán,
entre tantos otros. Murcianos han recibido galardones de indiscutible
prestigio, como el último Premio Tusquets de Novela, que recayó en el vecino
Ginés Sánchez.
Festivales literarios, como La Mar de Letras, Escritores en
su tinta o la segunda entrega del cada vez más consolidado ELACT. Además, otros
festivales de cine como el IBAFF o el FICC son ya legendarios. Concursos
prestigiosos como el Rendibú, en el que todas las artes confluyen. Y muchas más
actividades y certámenes que hacen de
Murcia una ciudad puntera en cultura y atractiva.
Las salas de teatro también han experimentado en este último
año un crecimiento en cuanto a calidad de las actuaciones y número de
asistentes. Obras como El malentendido
de Camus con una imponente Cayetana Guillén Cuervo, o un shakespeariano Otello encarnado por el murciano Daniel
Albadalejo.
Han aparecido nuevos sellos editoriales que parecen cobrar
brío y fuerza, Raspabook, que ha venido
para quedarse o, por ejemplo, La fea burguesía, recién fundada editorial con un
proyecto ambicioso y bonito, murciano y renovador. O Balduque con un único pero
prometedor título: Martillo.
En el diario La
opinión se ha estrenado recientemente un suplemento cultural: ‘Libros’, que
como su nombre indica viene a ampliar ese mundo de la literatura que los
libroadictos siempre celebramos.
Hubo un tiempo en el que parecía necesario emigrar a Madrid
o Barcelona para participar del ambiente cultural, para poder relacionarte con
gente interesante y empaparte de nuevas tendencias estéticas.
Ahora, uno tiene
la impresión de que aquí en la Huerta de Murcia sobran los motivos, que diría
Sabina, para quedarse. Hasta las tertulias parisinas ya tiemblan, y algún que
otro bohemio se ve frecuentando nuestros sitios.
Viva Murcia, feliz verano.
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