EL SURREALISMO
WALTER BENJAMIN
¿QUÉ ES EL SURREALISMO?
ANDRÉ BRETON
EDITORIAL CASIMIRO, 2013
Posiblemente
Walter Benjamin haya sido uno de los pensadores más importantes del siglo XX.
Dedicó estudios a literatura, filosofía, arte y un sinfín de asuntos de gran
amplitud temática. Sus obras se cuentan por cientos, un trabajo ingente de
dimensiones titánicas.
Entre los
muchos asuntos literarios que quiso revisar encontramos el Surrealismo. De
hecho cuando tuvo noticias de este movimiento quedó de algún modo fascinado.
Porque posiblemente, como recogió Gershom Scholem, en el Surrealismo se
hallaban ‘un cierto número de cosas que
habían irrumpido en él mismo…’ en el pasado. A Adorno le confesó por carta
su excitación al leer pasajes de ‘El
campesino de París’ de Aragon.
Este breve
libro lo encabeza una introducción de lo más interesante firmada por Michael
Löwy sobre Benjamin y el Surrealismo. Después dos piezas del propio Benjamin.
En la primera analiza Benjamin la relación entre el surrealismo y la
intelectualidad europea, pero centrándose en el núcleo parisino. Cree Benjamin
que el movimiento no puede limitarse solamente a la faceta artística o poética,
sino que debe ir más allá. La poesía ha de estallar e ir hasta los límites de
lo posible. Señala en este sentido a Rimbaud, primer autor del movimiento.
Benjamin
desgrana las claves de, lo que él llama, la ‘iluminación profana’ y nombra
París como un pequeño cosmos, un universo privado para los surrealistas. Es,
por lo tanto, el surrealismo, al igual que otros movimientos de vanguardia, un
campo de batalla de experimentación de carácter mágico y renovador, y no
simples juegos de palabras intrascendentes.
Aunque
coincide con los propios surrealistas en reafirmar a Lautrémont y Rimbaud como
padres inspiradores del movimiento, también añade Benjamin a Dostoievski, autor
que no fue reconocido como precursor por Breton y los suyos. Aduce Benjamin que
en Dostoievski se encuentra esa justificación del mal, que también hallamos en
los Cantos de Maldoror y que tanto
conecta con el espíritu surrealista.
Además, si leemos El cocodrilo,
¿no atisbamos cierta pretensión surrealista de correspondencias innegables?
En definitiva,
Benjamin considera el movimiento surrealista como la más importante reivindicación
de libertad desde Bakunin.
También
acierta Walter Benjamin en dictaminar que el misterio solo puede ser
desentrañado desde lo cotidiano. Idea que no solo conecta con el ideario
surrealista sino con toda la filosofía modernista de ruptura con lo
tradicional, es decir, establecer una mirada dialéctica que destrone la tan
anquilosada realidad, o lo que es peor, el Realismo.
Para completar esta breve pero
muy profunda lectura sería conveniente acercarse al ensayo titulado ¿Qué es el surrealismo? firmado por el
propio fundador del movimiento, André Breton. Una conferencia que se pronunció
en Bruselas el 1 de junio de 1934 y que explica las intenciones y la razón de
ser de uno de los movimientos culturales, literarios y estéticos más
importantes de todos los tiempos.
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